Santuario
Teníamos fe, y además, entendíamos que nuestra seguridad dependía del grado que el mismo pueblo podría educarse y movilizarse. Cada día en que marchábamos, manifestábamos o dábamos testimonio, cada día que pasábamos en el santuario, supimos que estábamos frenando la deportación de algún joven y la separación de una cariñosa familia.
Por Elvira Arellano, Familias Unidas
9 de diciembre, 2016
Como se empieza a conversar del asunto de “santuario” en la nación entera – ciudades, universidades, y iglesias como santuarios – me parece oportuno aclarar lo que es el santuario en este caso, y lo que no lo es. Cuando, en 2006, entré en el santuario con mi hijo Saúl, un ciudadano de los Estados Unidos, lo hicimos en una forma totalmente pública, abierta. Entre la gente se hablaba si era cierto que una iglesia, en realidad, podría ofrecer, por medio del santuario, alguna protección legal, como era el caso hace siglos atrás. La respuesta es que no. A mí me fue posible permanecer en el durante todo un año porque razón de que el público apoyaba el derecho de mi hijo de permanecer en su país natal, y su necesidad de tener su madre consigo.
En 2002 habíamos iniciado la organización “la Familia Latina” con 20 familias de padres indocumentados y madres indocumentadas con hijos e hijas que gozaban de la ciudadanía estadounidense. Durante los próximos años pudimos dar testimonio en audiencias del consejo municipal de Chicago, la mesa directiva del condado y la legislatura del estado de Illinois.[...]
“Sanctuary”
We had faith – and we understood that our safety lay in educating and mobilizing the people. Every time we marched or protested or testified, every day we spent in sanctuary, we knew we were stopping the deportation of some young person and the separation of a loving family.
By Elvira Arellano, Familias Unidas
December 9, 2016
As the talk around the nation turns to sanctuary – sanctuary cities, sanctuary universities and sanctuary churches – it seems a good time to clarify what sanctuary is – and isn’t. When I went into sanctuary in 2006 with my U.S. citizen son Saul we were very public. Many people were discussing whether or not a church could actually offer some legal protection – as churches once did centuries ago. The answer is no. I was able to stay in sanctuary for a year because of popular support for my son’s right as a citizen to stay in this country and his need to have his mother with him.
We had begun in 2002 with thirty undocumented families with U.S. citizen children, forming Familia Latina Unida. Over the next years we testified in the city council, the county board and the state legislature.[...]
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https://groups.google.com/forum/#!topic/sanctuarymovement/aNm-xuDhlpY
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